Manifiesto de Bogotá

Seis compromisos para avanzar hacia la eliminación de la enfermedad de Chagas como problema de salud pública.

10 noviembre 2022

 

El 23 de septiembre de 2022, los miembros de la Plataforma de Investigación Clínica en la Enfermedad de Chagas y de la Coalición Global de Chagas, presentes en la X Reunión de la Plataforma de Chagas, en Bogotá, Colombia, acordaron este documento dirigido a gobiernos, organizaciones, donantes y otros actores involucrados en la lucha contra la enfermedad de Chagas. En el documento, se plantean prioridades de acción y piden que se intensifiquen los esfuerzos para alcanzar la eliminación de la enfermedad de Chagas como problema de salud pública, según se estipula en la Hoja de Ruta de las Enfermedades Desatendidas de la OMS para 2030 y La Iniciativa de Eliminación de Enfermedades Infecciosas Desatendidas de la OPS, ambos alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
 
La pandemia de Covid-19 tuvo un impacto devastador en la población y en los ya limitados recursos de los sistemas de salud de los países afectados por la enfermedad de Chagas, retrasando la implementación de iniciativas de investigación y desarrollo y la expansión del acceso a tratamiento para esta enfermedad. En este contexto, los miembros y asistentes a la Plataforma de Chagas y de la Coalición Global de Chagas, junto con representantes de las Asociaciones de Personas Afectadas por la enfermedad de Chagas, proponen una actualización de los compromisos transversales de la Carta de Santa Cruz, firmada en la VIII Reunión Plenaria de la Plataforma de Chagas en 2018, y proponen el presente Manifiesto de Bogotá.
 
Desde 2018, nuevas evidencias llevaron a un cambio de paradigmas en el abordaje de la enfermedad. Dichas evidencias, avaladas por la OMS, apuntan a que se puede ampliar y acelerar el control de la enfermedad desde una mejora en las estrategias de control de la transmisión materno infantil. El binomio madre-hijo puede ser la puerta de entrada para brindar atención integral a la familia y la comunidad en riesgo, integrando acciones claves como la detección precoz de casos en niños, niñas, jóvenes y adultos agudos y crónicos, y el tratamiento de las personas elegibles y un adecuado seguimiento.
 
A este horizonte se han sumado iniciativas claves, como la estrategia ETMI+ de la OPS, que incluye la enfermedad de Chagas en los protocolos rutinarios de los servicios de salud materna junto con sífilis, VIH y hepatitis.
 
Más recientemente, en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, realizada en Andorra en 2021, los países miembros aprobaron la Iniciativa Iberoamericana “Ningún Bebé con Chagas”, reforzando su compromiso de contribuir a la eliminación de la transmisión materno infantil de la enfermedad desde un abordaje multidimensional.
 
Los avances en el control de la transmisión vectorial y la detección de donantes seropositivos en bancos de sangre en varias zonas de alta incidencia fueron significativos en algunos países. Sin embargo, muchas personas con la infección siguen sin acceder a la atención mínima e integral.
 
El momento de brindar atención es ya. Pero el acceso a diagnóstico y tratamiento sigue siendo un reto. La complejidad de los métodos diagnósticos dificulta su empleo en el nivel primario de atención y suele ser un obstáculo a las estrategias de detección oportuna. Los tratamientos disponibles han demostrado su eficacia – variable según el estadio de la enfermedad – especialmente para población pediátrica. Sin embargo, se pueden mejorar con regímenes de administración más cortos y tolerables. Por eso, se debe reforzar y estimular la investigación para nuevos regímenes de los tratamientos actuales, nuevos métodos de diagnóstico más simples, eficaces y rápidos, así como en la búsqueda de nuevas entidades químicas, vacunas coadyuvantes y biomarcadores que verifiquen inequívocamente la eficacia del tratamiento en adultos crónicos.
 
A todo ello se suman una serie de barreras persistentes en el conocimiento de la magnitud real de la carga de la enfermedad. Tanto los países afectados como los organismos internacionales están trabajando en la mejora del sistema de vigilancia y recolección de datos. Algunos países ya han puesto en marcha sistemas de vigilancia y notificación de casos, pero se necesita ampliarlos e implementarlos de forma efectiva (generando el compromiso del personal de salud en los niveles locales, de los cuales proviene la información). Hasta el momento, contamos solo con estimaciones que nos indican que hay 70 millones de personas en riesgo, entre 6 y 7 millones de personas afectadas, 30,000 nuevos casos cada año solo en la región de las Américas, más de 12,000 personas que mueren por causa de esta enfermedad anualmente, así como 8,000 recién nacidos con la infección. Se estima que la gran mayoría de personas afectadas no han sido diagnosticadas ni tratadas aún.
 
La aprobación del 14 de abril como Día Mundial de Chagas, por la OMS, en 2019, supuso un logro colectivo que se unió al llamado de las asociaciones de personas afectadas que se reúnen en la Federación Internacional FINDECHAGAS. El poder simbólico de esa efeméride ha situado a esta enfermedad en un lugar más visible de la agenda global y ha estimulado por supuesto algunos de los proyectos y avances antes descritos. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para darle más visibilidad.
 
Es momento de retomar fuerzas, adaptar los planes a este nuevo escenario y reafirmar nuestros compromisos y llamados a la comunidad internacional de salud. Es importante que las organizaciones de la sociedad civil y de las personas afectadas participen y se sumen a las iniciativas de coordinación entre países a nivel regional y global, tanto en la actualidad como en las que puedan surgir en el futuro.
 
En concreto, las organizaciones de la Coalición Global de la enfermedad de Chagas y los miembros de la Plataforma de Chagas, junto con asociaciones de personas afectadas por la enfermedad, piden a los gobiernos, donantes y organizaciones involucradas en Chagas sumarse al compromiso de redoblar esfuerzos en las siguientes áreas prioritarias:
 
  1. Seguir mejorando el acceso al diagnóstico, tratamiento y a la atención integral para las personas afectadas por la enfermedad de Chagas en todas sus dimensiones, que garantice:
    1. La implementación de rutas de atención integral descentralizadas, que permitan brindar la atención y el seguimiento en los centros de salud cercanos a los hogares de todas las personas afectadas, complementadas con efectivos sistemas de referencia y contrarreferencia.
    2. La adopción de algoritmos de diagnóstico simplificados y adaptados para uso en la atención primaria, según evidencias generadas por la comunidad científica.
    3. La implementación sistemática de tamizajes en mujeres en edad reproductiva como prioridad, embarazadas y bebés no solo para lograr el control de la transmisión congénita, sino para avanzar en la detección precoz de casos en su núcleo familiar y su comunidad incluyendo niños, niñas, jóvenes y adultos.
 
  1. Fomentar la inversión en investigación y desarrollo para obtener nuevas herramientas de diagnóstico y terapéuticas más seguras y sencillas. Esto incluye emprender investigaciones para optimizar los algoritmos de diagnóstico y regímenes de tratamiento actuales, así como para encontrar nuevas herramientas. Al mismo tiempo, se deben impulsar los avances en las investigaciones para encontrar biomarcadores que identifiquen aquellas personas en las que la afectación de los órganos puede progresar y que certifiquen de forma inequívoca la respuesta terapéutica en pacientes crónicos que han recibido tratamiento, así como el desarrollo de vacunas coadyuvantes al tratamiento. Para validar estos biomarcadores y contribuir a informar y orientar prioridades de investigación, es necesario diseñar e implementar una cohorte multi-países, multi-sitios, colaborativa y de largo plazo.
 
  1. Mejorar la vigilancia y control de la enfermedad, ampliando los sistemas de notificación obligatoria de casos de Chagas y sus complicaciones clínicas. Eso permitirá conocer mejor la verdadera situación de la enfermedad, su carga y distribución, y contribuir al sistema global de recogida de datos para, así, poder elaborar planes adaptados y más efectivos, incluida la previsión de demanda de herramientas de diagnóstico y tratamiento.
 
  1. Fortalecer y facilitar el acceso de las herramientas de formación y consulta al personal de salud y a las personas afectadas, que permita ofrecer una atención actualizada y de mayor calidad.
 
  1. Estimular la articulación entre todos los actores involucrados en las rutas de atención integral y garantizar la participación de las personas afectadas y sus asociaciones en el diseño e implementación de estrategias adaptadas a los contextos epidemiológicos y socioculturales de sus comunidades.
 
  1. Seguir apoyando las acciones de visibilidad alrededor del Día Mundial de Chagas como una oportunidad para mostrar los esfuerzos a nivel global por reducir su impacto, así como para impulsar acciones de avance en acceso a la atención integral.
 
Estos compromisos suponen una propuesta y marco de referencia para acompañar la lucha de las personas afectadas, los países afectados y las organizaciones internacionales. A todos ellos también pedimos que se sumen a dichos compromisos en esta década crucial para acercarnos a la eliminación de la enfermedad de Chagas como problema de salud pública.
 
 
Dado en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, el 23 de septiembre de 2022.

 

 


La Plataforma de Investigación Clínica de Chagas se creó en 2009 y hoy cuenta con más de 400 miembros de 150 instituciones y 24 países de todo el mundo. Es una red de personas y organizaciones altamente especializadas que comparten conocimientos de vanguardia y experiencia en la búsqueda por nuevas herramientas en el combate a la enfermedad.
La Coalición Global de Chagas es la mayor alianza colaborativa de organizaciones privadas y en colaboración con entidades públicas con el objetivo de impulsar el acceso a diagnóstico y tratamiento. Fue fundada en 2012 por organizaciones como DNDi, Fundación Mundo Sano, ISGlobal, Fundación CEADES, Baylor College, a las que se han unido más de 20 entidades público-privadas de la comunidad de salud global.

Enfermedad de Chagas

Por el control y el acceso universal al tratamiento

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