Manual de Atención para Chagas Crónico en Centros de Primer Nivel (OPS)

03 marzo 2021

Un  nuevo manual publicado recientemente por OPS ofrece guías para la prevención y manejo de la morbilidad y la discapacidad asociada a las enfermedades infecciosas desatendidas, incluyendo la enfermedad de Chagas, entre otras. El capítulo sobre Chagas, en el que han contribuido varios expertos, principalmente, de Fiocruz en Brasil, comparte algunas de las pautas recomendables ante la enfermedad en los centros de primer nivel, aunque también son útiles para los especializados. El objetivo es que los centros de primer nivel puedan enriquecer su atención a las personas afectadas, especialmente cuando a estas se les dificulta acceder a otros centros más inaccesibles.  El documento hace especial hincapié en la detección, manejo y seguimiento de las afecciones cardíacas y digestivas principalmente.  Aquí el resumen de algunos consejos y el link donde acceder al documento completo.
 
Doce consideraciones sobre Chagas en Atención Primaria:
 
1. La enfermedad de Chagas es una enfermedad infecciosa desatendida crónica, con una alta carga de morbilidad y mortalidad. 
2. El riesgo epidemiológico incluye la transmisión vectorial (contacto con triatominos), la transmisión por sangre y tejidos (mediante transfusiones, trasplantes o la utilización de jeringuillas intravenosas), la transmisión oral (mediante alimentos contaminados), accidentes laborales (en laboratorio o en actividad quirúrgica), y de madre a hijo.
3. Se puede sospechar de un caso de chagas con base en síntomas clínicos y riesgo epidemiológico, pero sólo se puede confirmar con una prueba rutinaria de laboratorio (en muchas personas la enfermedad puede pasar desapercibida  y sin detectarse). 
4. El diagnóstico y acceso temprano al tratamiento tripanocida con Benznidazol o Nifurtimox (en cualquier fase de la enfermedad) es importante para prevenir el avance de la misma hacia afectaciones disfuncionales, discapacidad o limitaciones de movilidad, así como para la prevención y el control de la enfermedad en lugar donde se ha detectado.
5. Existe el consenso de que la mayoría de las personas afectadas deben tratarse en el primer nivel de atención por profesionales con formación que dispongan de la tecnología adecuada así como de un sistema de referencia y contrareferencia. 
6. La capacidad funcional, la efectividad del tratamiento no invasivo, así como la evolución cardíaca son factores importantes para la calidad de vida relacionada con la salud de las personas afectadas por chagas. 
7. Es crucial que exista una comunicación clara y completa sobre el diagnóstico y las opciones terapéuticas entre los trabajadores de la salud y las personas y familias afectadas.
8. Es deseable la intervención de profesionales de apoyo (de trabajo social, psicología, etc.) para optimizar la calidad de atención y fortalecer el control. 
9. El autocuidado y la participación en grupos de autoayuda son estrategias importantes para posibilitar la independencia; mejorar la autoestima, atajar la depresión, la ansiedad o el miedo a la muerte, así como para superar el estigma. 
10. Toda persona donante de sangre u órganos, así como las que participen en estudios de población con pruebas serológicas positivas, deben ser informadas y aconsejadas de un probable diagnóstico de chagas así como referirse para pruebas serológicas confirmatorias o excluyentes de la enfermedad. 
11. Se hace énfasis en el objetivo de eliminar la enfermedad de Chagas en menores de edad y adultos jóvenes, generando así posibles nuevos donantes de órganos y sangre, y evitando a las mujeres embarazadas la infección, así como la transmisión de la enfermedad.
12. La enfermedad no debe limitar el trabajo profesional o la vida social de las personas afectadas. El seguimiento de rutina llevado a cabo por el equipo de salud es fundamental para garantizar la seguridad y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. 
 
 
Diecisiete puntos claves a tener en cuenta: 
 
1. Llevar a cabo el diagnóstico etiológico mediante datos clínico-epidemiológicos y pruebas parasitológicas o serológicas.
2. Clasificar la fase de la enfermedad para determinar la frecuencia de seguimiento.
3. Establecer un plan terapéutico con base en el grado de afectación cardíaca y digestiva. 
4. Evaluar sistemáticamente a las personas con Chagas para evaluar la progresión de la infección. 
5. Identificar si existen afectaciones digestivas y, en ese caso, referir a especialistas en gastroenterología. 
6. Atender las comorbilidades identificadas o referir a especialista. 
7. Estimular la adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico, optimizando la relación de coste-efectividad.
8. Realizar actividades de formación con las personas afectadas, familias y cuidadores, sobre la enfermedad, el autocuidado, y la detección temprana de signos y síntomas de afectación cardíaca o digestiva. 
9. Aclarar que la persona afectada no debe realizar donación de sangre, órganos o tejidos. 
10.Proporcionar guías nutricionales.
11. Proporcionar apoyo psicológico a la persona afectada, a su familia y a la comunidad con el objetivo de reducir el estigma, los prejuicios, tabúes, y las percepciones erróneas asociadas a la enfermedad. 
12. Facilitar guías y consejos sobre aspectos médicos, laborales, sobre la seguridad social, sobre el embarazo y el parto, planificación familiar, ejercicio físico y relaciones sexuales. 
13. Aclarar con la persona afectada, su familia y los cuidadores cuando exista necesidad de implantación de un marcapasos, o un desfibrilador cardioversor implantable (ICD), así como de una tomografía cardíaca computarizada (CT). 
14. Acentuar la importancia de los factores ambientales y de prevención así como de conductas que pueden agravar el estado de salud de la persona afectada (como el alcohol, el tabaco o el consumo de drogas lícitas o ilícitas). 
15. Promover el apoyo en la atención en situaciones especiales (personas con un marcapasos o ICD).
16. Identificar la infección de T.cruzi en otros miembros de la familia o del entorno social promoviendo enfoques integrados. 
17. Estimular y apoyar la creación de asociaciones de personas afectadas por la enfermedad de Chagas, con el objetivos de mejorar la atención, reducir el estigma, y solicitar los beneficios sociales y el apoyo que se necesita. 
 
Consultar el documento completo en:  https://iris.paho.org/handle/10665.2/53312