1. Valle de Tenza, Boyacá. Colombia
Este departamento de valles y montañas siempre verdes estuvo azotado durante años por el conflicto, aunque hoy goza de paz.
Sin embargo, persiste otro causante de preocupación y dolor, mucho más silencioso. Los insectos que transmiten la enfermedad de Chagas. Al menos, la paz ha permitido, entre otras cosas, que los servicios de salud lleguen donde antes era imposible.
La Enfermedad de Chagas (EC) es una asesina silenciosa que afecta a más de 400 000 personas en Colombia y casi 11 millones están en riesgo de adquirirla, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Ministerio de Salud y Protección Social. Aproximadamente el 30% de las personas afectadas sufre complicaciones cardíacas y hasta un 10% presenta alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias o insuficiencia cardíaca.
En el Valle de Tenza, la distancia y las condiciones de algunos lugares supone un gran desafío. El insecto-vector que aquí llaman "pito", acompaña a los humanos en sus desplazamientos. Y se ha habituado tanto en los entornos rurales, donde era más habitual encontrarlo antes, como en los entornos más urbanos. Y según dicen los pobladores, ha ganado altura.
En zonas rurales y de difícil acceso, la información que llevan los equipos de apoyo del programa de control vectorial viaja a pie, en moto, en automóviles, o a través de las ondas (AM para las veredas rurales y FM para los municipios). Las radios comunitarias siguen siendo el canal principal de comunicación en muchos de estos lugares. Por eso, el equipo de apoyo al programa de vectores que forman Rafael, Germán y Laura no descuida la oportunidad de sensibilizar sobre los diferentes aspectos del control de la enfermedad y de la presencia de los "pitos". Dan consejos de cómo detectarlos, atraparlos y reportarlos a los agentes de salud. Mensualmente, sus voces llegan a las comunidades en los espacios radiales.
Y cuando no pueden llegar con la voz, no dudan en caminar, si hace falta, "hasta ocho horas a pie" para llegar a comunidades donde no se puede llegar de otra manera.
El área que rodea a todo Guateque, uno de los municipios del Valle de Tenza, está aplicando al programa de verificación de la interrupción de la transmisión vectorial intradomiciliaria de Chagas por la especie Rhodnius prolixus, que otorga la OPS. Sin el equipo humano, y sin la colaboración activa de todas las personas que escuchan la información de Rafael, Laura y Germán, sería imposible lograrlo.
En Colombia, se lleva ya varios años implementando, en los departamentos de más alta incidencia de la enfermedad (Casanare, Boyacá, Santander y Arauca), la Ruta Integral de Atención para Chagas (RIAS). Con el apoyo de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi), el programa ha logrado multiplicar el número de diagnosticados y tratados. Pero el reto sigue siendo llegar a tiempo en el nivel de atención primaria.
Reportaje elaborado en visita de campo por Javier Sancho y Ulrich-Dietmar Madeja. Imágenes de Jorge Martínez.
Llegar a tiempo para detener al Chagas:
